miércoles, 13 de febrero de 2013
La historia se voltea...
Después de un largo día de trabajo, el hombre llega a casa y se sienta a la mesa a cenar y platicar sobre su día: comentar cómo van las cosas en la oficina, las noticias, etc.
¿Y qué pasa cuando la que llega a casa es la hija, una mujer hecha y derecha, con dos hijos saliendo de la adolescencia, haciendo el papel de “hombre de la casa”, de “adulto responsable”?
Anoche tuve un déjà vu… volteado… Me explico: Llegué a casa después de un día en la oficina (porque no podría decir que fue un “duro día en la oficina” ya que no lo fue… fue bastante aburrido, por cierto!). Entro, dejo llaves del coche en la cocina y me dice mi pá, que estaba cenando: “Bajas después? Para comentar lo del Papa (si, ha renunciado!)” “Sí, pá… saludo a los enanos y bajo”
Subo, saludo enanos, platico con ellos, pero en mi mente lo raro de la pregunta de mi pá…
Bajo. Mi papá me mira y dice: “Y? Qué piensas?”
WOW!!!!!
Mi papá, ese personaje sumamente importante en mi vida, a quien YO PIDO OPINIÓN, y en ese momento es él quien me pide la mía y me mira con unos ojos ávidos de mi respuesta… EN VERDAD QUERÍA SABER MI OPINIÓN!!!! Y se me hizo un nudo en la garganta…
Las vueltas que da la vida. Soy yo ahora quien llega a casa, y es él quien me espera para platicar y conocer mi opinión… El mundo no es así. Mi papá es quien debe darme su opinión y darme su opinión.
Te quiero, Papá!!!!!
Anoche empezó, creo yo, una rutina nueva entre mi papá y yo: Soy yo ahora “el hombre de la casa que llega después de un día de duro trabajo (no siempre!) y platica de su día y él me escucha a mí”.
Duele… MUCHO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario